miércoles, 24 de agosto de 2011

Verdes paisajes de Irlanda

Irlanda (en irlandés: Éire, en inglés: Ireland) es un país que ocupa la mayor parte de la isla del mismo nombre. Conserva tres de sus cuatro provincias históricas: Leinster (Laighin), Connacht (Connachta) y Munster (An Mhumhain) siendo el Úlster la cuarta (Cúige Uladh), cuya mayor extensión, conocida como Irlanda del Norte, forma parte del Reino Unido. En el año 1949 se declaró el Estado irlandés como la República de Irlanda (en irlandés Poblacht na hÉireann).

El artículo 4 de la Constitución de Irlanda, la cual fue adoptada en 1937, dice que "el nombre del Estado es Éire', o en inglés, Ireland”. Para todos los propósitos oficiales, incluyendo relaciones internacionales y otros documentos legales, el gobierno irlandés usa el nombre de Ireland, además de utilizar Éire para documentos escritos en irlandés.



Estandarte del Reino de Irlanda


El nombre de la isla tiene su origen en el irlandés antiguo Ériu (en irlandés moderno Éire), con el añadido del término germánico land. Ériu, del proto-céltico *Īwerjū (que también generó el galés Iwerd, Mar de Irlanda), originalmente significaba gordura, en el sentido de fertilidad. Los celtas denominaban Éire a la población irlandesa, por lo que la tierra comenzó a llamarse tierra del Éire o Éireland, cuya derivación acabó siendo Ireland (Irlanda).

Historia

En el siglo I a. C. la isla estaba bajo el control de los pictos, gente del Neolítico descrita en el folclore irlandés como Fir Bolg.

Escocia, por su parte, toma su nombre de Scotus, término latino que significa "irlandés" (la forma plural es Scoti, "irlandeses"). Esto hace referencia a los colonizadores gaélicos de Irlanda, país que los romanos inicialmente llamaron Scotia (forma femenina de "Scotus"). Los irlandeses que colonizaron la actual Escocia eran conocidos como "Scoti".


Los primeros celtas llegaron alrededor de 1600 a. C. fundando la Irlanda celta. Políticamente los celtas dividieron Irlanda en cuatro provincias: Leinster, Munster, Úlster y Connacht. Antes de su llegada, las unidades básicas de la sociedad irlandesa eran las Tuatha, o pequeños reinos, cada uno de los cuales era bastante pequeño, aproximadamente 150 tuatha para una población de menos de 500.000 personas. El territorio completo estaba gobernado por un monarca denominado Gran Rey.

La lista tradicional de los nombrados con el título de Gran Rey de Irlanda se remonta a miles de años, a mediados del II milenio a. C., aunque las primeras partes de la lista son bastante míticas. No se tiene certeza en qué punto la lista comienza a referirse a individuos históricos y tampoco en qué punto se puede llamar a estos individuos Gran Rey, en el posterior sentido de la palabra. Esta estructura social se adaptaba al estilo de vida de los celtas, desde siempre predispuestos a organizarse en unidades tribales relativamente pequeñas y autónomas.

Los Anales de los cuatro maestros (en irlandés, Annala Rioghachta Éireann) o los Anales del reino de Irlanda por los cuatro maestros son una crónica de la historia de Irlanda que abarca las fechas entre el 2242 a. C. y el 1616 d. C., aunque se cree que las primeras entradas se refieren a fechas alrededor del 550 a. C. Se recopilaron entre 1632 y 1636 en el monasterio franciscano del Condado de Donegal.

Lia Fáil, la Piedra de Coronación de Tara, en Hill of Tara, County Meath, era donde, según la leyenda, eran coronados todos los reyes de Irlanda.


San Patricio (384-461), un arzobispo y misionero proveniente de Escocia, llegó a Irlanda para convertir a los habitantes al cristianismo. Pudo realizar importantes conversiones dentro de las familias reales y, a través de las escuelas monacales, introdujo la palabra escrita (en latín). A la muerte de San Patricio, la élite irlandesa ya era letrada y registraba su historia por escrito. Irlanda se transformó casi exclusivamente en cristiana y en centro de erudición y cultura, pero la mayor parte de este legado fue destruido durante las incursiones vikingas de los siglos IX y X.

La Edad Media

Al final del siglo X, Brian Boru, el rey de un pequeño estado llamado Thomond, conquistó a sus mayores vecinos y se transformó en el rey más poderoso en la mitad sur de Irlanda. Pero Máel Mórda mac Murchada, rey de Leinster, comenzó a conspirar en su contra e hizo una alianza con Sitric, el rey vikingo de Dublín, quien consiguió ayuda de los vikingos de las islas Orkney y de la Isla de Man. La batalla de Clontarf, cerca de Dublín, en 1014, terminó con la victoria de los ejércitos vikingos, pero el rey murió en su carpa a manos de algunos de los que huían de la batalla.

Brian Boru o Boroimhe (941 - 1014) se convirtió en el 978 en rey de Cashel, capital del antiguo reino irlandés de Munster. Hacia el año 984 controlaba la totalidad del reino, y en 1001 fue reconocido como Gran Rey de Irlanda.


En 1169, Ricardo de Clare (mejor conocido como Strongbow) junto a Dermot McMurrough y un grupo de normandos que venían de Inglaterra, llegaron cerca de Waterford y se asentaron a la fuerza. McMurrough, conocido como el traidor más notorio de Irlanda, fue expulsado como rey de Leinster e invitó al rey Enrique II a que lo asistiese en recuperar su trono. La subsecuente invasión condujo a que Enrique se convirtiese en Señor de Irlanda, hecho que marcó el comienzo de ocho siglos de dominación inglesa. Hacia 1300 los normandos controlaban la mayor parte del país, pero no lograron conquistarlo efectivamente debido a la ausencia de un gobierno central desde el cual se pudieran imponer.

Desde 1350, los jefes irlandeses, quienes tomaron muchas de las armas usadas por los normandos y habían aprendido algunas de sus tácticas, comenzaron a recuperar sus territorios. En 1360, la mayoría de los colonizadores normandos se habían acogido a las leyes irlandesas y adoptaron las costumbres, la música, la poesía, la literatura y las vestimentas de los nativos de la isla, llegando a asemejarse a la población irlandesa hasta el punto de ser conocidos como Más irlandeses que los mismísimos irlandeses (del latín, Hibernis Ipsis Hiberniores), hecho que el parlamento inglés consideró como una posible amenaza para sus futuros intereses de colonización de la isla.

Un dibujo de Alberto Durero que muestra soldados irlandeses en las regiones bajas de la Irlanda Celta.


Debido a esto y a modo de encauzar el declive del señorío irlandés en 1366, ratificaron los estatutos de Kilkenny, los cuales, entre otras cosas, prohibían la exogamia entre colonos ingleses con nativos irlandeses, así como el uso del idioma gaélico y sus costumbres, en un proceso conocido como anglificación.

La Edad Moderna

En 1534, Enrique VIII de Inglaterra rehusó reconocer la autoridad del Papa y persuadió al parlamento inglés a reconocerlo a él como cabeza de la Iglesia de Inglaterra.

Trató de imponer una política similar en Irlanda y en 1536 se difundieron bandos prohibiendo apelar a Roma o hacer pagos al Papa. Entre 1537 y 1541 fueron suprimidos numerosos monasterios y su propiedad fue confiscada. Sin embargo, en áreas bajo autoridad de Irlanda, donde el rey no tenía un poder real, la mayoría de los habitantes ignoró los cambios que habían tenido lugar. María I de Inglaterra, la hija de Enrique que le sucedió en el trono en 1553 y que como ferviente católica romana que se esforzó por restaurar la vieja religión tanto en Inglaterra como en Irlanda, estaba convencida de que la mejor manera para dominar esta última era introducir colonias de ingleses en el país. En 1556 confiscó territorios irlandeses y puso allí colonos ingleses que llevaron con ellos a Irlanda arrendatarios y sirvientes.

María de Inglaterra (1553-1558), Reina de Irlanda


Isabel I, hermana paterna de María, a quien sucedió en 1558, adoptó una actitud más sectaria, y un grupo de arzobispos y religiosos irlandeses fueron ejecutados. Esta persecución llevó a Irlanda —y a aquellos anglo-irlandeses que seguían siendo católicos romanos— a unirse más. Creció entonces un nuevo espíritu de nación, que era al mismo tiempo católico romano y anti-inglés.

Durante la Rebelión irlandesa de 1641 y hasta la conquista de Irlanda por Cromwell en 1649, dos tercios de la isla estuvieron gobernados por la Confederación de irlandeses católicos, conocida también por Confederación de Kilkenny por haberse gestado en este lugar. La diferencia entre la isla de Irlanda (la cual fue alguna vez gobernada como una unidad) y la República de Irlanda (la cual abarca veintiséis de treinta y dos condados en la isla) es el producto de complejos desarrollos constitucionales llevados a cabo en la primera mitad del siglo XX.

La Edad Contemporánea

Desde el 1 de enero de 1801 y hasta el 6 de diciembre de 1922, Irlanda como unidad perteneció al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda.

Emigrantes dejan Irlanda (grabado)


Entre 1845 y 1849 la cosecha de patatas, que se había convertido casi con exclusividad en el único alimento de la gran mayoría de la población irlandesa, fue sistemáticamente destruida por una plaga de parásitos. La población más humilde se vio privada de su principal y casi único alimento, lo que acabó provocando una hambruna de proporciones catastróficas, conocida como la Gran Hambruna irlandesa. Alrededor de un millón de personas perecieron de inanición y la emigración se convirtió en una cuestión de vida o muerte, produciéndose un éxodo masivo de población irlandesa a otros países como Inglaterra, Canadá, Chile, Argentina, Uruguay y Australia, pero sobre todo a Estados Unidos. Se calcula que la hambruna redujo la población irlandesa, debido a muertes y emigración, de 8 millones de habitantes con que la isla contaba a principios de 1845 a 4,5 millones a finales de 1849.

En 1919, la mayoría de los miembros del parlamento electos en la elección general británica de 1918 rechazaron sus asientos en la Cámara de los Comunes Británica. En cambio, establecieron un parlamento irlandés extra-legal llamado Dáil Éireann, cuya intención era reivindicar la independencia irlandesa y el no reconocimiento de la Cámara de los Comunes. Este Dáil declaró la independencia en 1919 en nombre de la proclamada República de Irlanda, durante el Alzamiento de Pascua (Easter Rising). La República no obtuvo ningún reconocimiento internacional y condujo a la Guerra de Independencia Irlandesa, del Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus iniciales en inglés) contra el Reino Unido. En 1921, representantes del gobierno británico y el Aireacht (gabinete) de la República Irlandesa negociaron un Tratado Anglo-Irlandés y crearon un nuevo sistema de autogobierno legal irlandés, conocido como dominion status.

Timothy Michael Healy, Primer Gobernador-General del Estado Libre Irlandés de 1922 a 1928


El nuevo Estado Irlandés fue creado con reconocimiento internacional y llamado el Estado Libre Irlandés (en irlandés: Saorstát Éireann), que abarcaría en teoría la totalidad de la isla, sujeto a la condición de que Irlanda del Norte (la cual había sido creada como una entidad separada) pudiera optar por su expulsión y elegir su permanencia como parte del Reino Unido, lo cual hizo de facto. Los veintiséis condados restantes de Irlanda fueron convertidos en el Estado Libre Irlandés, una monarquía constitucional bajo el monarca británico (desde 1927 con el título de Rey de Irlanda). Poseía un gobernador general, un parlamento bicameral, un gabinete llamado Consejo Ejecutivo y un primer ministro llamado Presidente del Consejo Ejecutivo del Estado Libre irlandés. La constitución fue llamada Constitución del Estado Libre Irlandés.

La firma del Tratado Anglo-Irlandés generó que un sector contrario al Tratado que estaba liderado por Éamon de Valera, iniciara la Guerra civil irlandesa, que duró de abril de 1922 a abril de 1923. Desde entonces forma con el Reino Unido parte de la Common Travel Area.

Portada de un pasaporte del Estado Libre Irlandés expedido el 22 de agosto de 1927


El 29 de diciembre de 1937 se aprobó una nueva constitución (Bunreacht na hÉireann) que reemplazaba al Estado Libre Irlandés por un nuevo Estado llamado Éire, o en castellano Irlanda. A pesar de que las estructuras constitucionales de este nuevo Estado requerían en la jefatura del mismo un Presidente de la República en lugar de un rey, aquel no fue todavía una república. El principal rol del Jefe de Estado, representar simbólicamente al mismo ante los demás estados, permaneció siendo una atribución del rey como un organismo por ley de estatuto. El 1 de abril de 1949, el Acta de la República de Irlanda declaró a Éire como una república, con las funciones previamente otorgadas al rey delegadas en cambio al Presidente de Irlanda.

A pesar de que el nombre oficial del Estado permaneció siendo Éire, se adoptó como su nombre el término República de Irlanda (oficialmente una simple descripción del nuevo Estado). Mientras que la república elige emplear la palabra Irlanda para describirse a sí misma, particularmente en el círculo diplomático (por ende es siempre el Presidente de Irlanda o la Constitución de Irlanda), muchos estados evitan usar dicho término por la existencia de una segunda Irlanda: la Irlanda del Norte; y porque la constitución de 1937 alegaba jurisdicción del sur sobre el norte. La utilización de la palabra 'Irlanda' fue adoptada como una aceptación de aquel enunciado. Dicho aserto, en lo que fue conocido como los artículos 1 y 2 de la Constitución de 1937, fue eliminado en 1999.


Armas completas del Reino de Irlanda, incluyendo la poco frecuente cimera con la torre y el ciervo.


Desde aquel año, el Estado Irlandés/Éire continuó siendo miembro de la entonces Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) hasta la declaración de una república en abril de 1949. Bajo las reglas de la mancomunidad, la declaración de una república elimina automáticamente la calidad de miembro de la asociación. Estas reglas no fueron modificadas hasta 1950 para permitir la inclusión de India como república en la mancomunidad. A pesar de que Irlanda renunció a su calidad de miembro y eligió no renovarla, mantuvo muchos de los privilegios que ésta le otorgaba. Actualmente por ejemplo, los ciudadanos irlandeses residentes en el Reino Unido disfrutan de todos los derechos de la ciudadanía, incluyendo el derecho a sufragio durante las elecciones parlamentarias e incluso servir en las fuerzas armadas británicas, pero el número de irlandeses que se acogen a estos derechos es ínfimo.

Irlanda se unió a las Naciones Unidas en 1955, y en 1973 a la Comunidad Económica Europea (ahora incorporada en la Unión Europea). Los gobiernos irlandeses han intentado alcanzar la unificación pacífica de Irlanda y han cooperado con Gran Bretaña contra el violento conflicto entre grupos paramilitares en Irlanda del Norte conocidos como The Troubles.



La Bandera Irlandesa en la General Post Office de Dublín


En la actualidad, se está poniendo en marcha para Irlanda del Norte un tratado de paz, conocido como el Acuerdo de Belfast, aprobado en 1998 por elecciones en la República de Irlanda y en Irlanda del Norte.

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