lunes, 7 de diciembre de 2009

La Nobleza polaca: propietarios del estado aristocrático


Por muchos siglos, los miembros ricos y poderosos de la szlachta buscaron recibir privilegios legales sobre sus "iguales". Algunos szlachcics eran ricos lo suficiente para ser conocidos como Magnat (karmazyni — o "carmesíes" debido al color rojo de sus botas). Un verdadero magnate debía ser capaz de conocer el nombre de sus antepasados de muchas generaciones y poseer, como mínimo, veinte poblados o grandes haciendas. Debía también poseer un cargo de destaque en el gobierno.


Algunos historiadores calculan que el número de magnates representaba menos del 1% del total de la szlachta. Ésta estaba compuesta a comienzos del s. XVIII por cerca de 1 millón de nobles (miles de familias), solamente 200 ó 300 familias podían ser clasificadas como Grandes Señores con posesiones e influencia à nivel nacional, de éstos cerca de 30 ó 40 podían ser considerados con gran impacto en la política del país.


Los magnates frecuentemente recibían presentes de los monarcas, que aumentaban significativamente sus fortunas. Generalmente, estos presentes eran apenas temporarios, empréstitos, que los magnates nunca devolvían (en el siglo XVI, la oposición “antimagnates” entre la szlachta fue conocida como ruch egzekucji praw - movimiento para ejecución de las leyes - exigía que todas aquellas posesiones retornasen a su verdadero propietario, el rey). Una de las más importantes victorias de los magnates fue, en el siglo XVI, el derecho de crear las ordynacjas (o mayorazgos, propiedades que no podrían ser divididas entre sus herederos, dejándola en su totalidad para el hijo mayor), cosa que aseguraba que una familia que tuviese riqueza y poder pudiese fácilmente preservarlos. Ordynacjas como las de las familias Radziwiłł, Zamoyski, Czartoryski o Lubomirski frecuentemente rivalizaban en influencia con la del rey y fueron importantes bases del poder de los magnates.


Todos los privilegios de la szlachta fueron abolidos luego de la Segunda Guerra Mundial bajo el régimen comunista o República Popular de Polonia.

Stefan Czarniecki, magnate de la Comunidad Polaco-Lituana (1659). Sus botas carmesíes son signo de rango y riqueza.


Cultura de la szlachta

La nobleza polaca difería en muchos aspectos de la nobleza de otros países. La diferencia más importante era que, en cuanto en la mayoría de los países europeos la nobleza perdió fuerza frente a las monarquías absolutistas, en Polonia ocurrió lo contrario: la nobleza ganó poder a costa del monarca, y el sistema político evolucionó para una parcial democracia (y eventualmente, la anarquía).

La nobleza de Polonia era también más numerosa que aquellas de todos los otros países europeos, ella representaba el 8% del total de la población (1791) y en algunas regiones más pobres (por ejemplo, en la zona del ducado de Mazovia, llegó aproximadamente al 30%). En contraste, la nobleza de otros países europeos, tal vez con excepción de España y Portugal, era del 1 a 3%.

Wincenty Aleksander Korwin Gosiewski (1620-1662), Teniente General del Gran Ducado de Lituania y Mariscal del Sejm de la Comunidad Polaco-Lituana


Existían varias maneras de ascender socialmente a la nobleza. La nobleza de Polonia, a diferencia de la aristocracia de Francia, no era excesivamente rígida ni una clase tan cerrada. Burgueses importantes, campesinos propietarios, guerreros tártaros musulmanes, e incluso descendientes de judíos conversos, podían ascender en la sociedad polaca. Debido a esto la clase noble de Polonia era más estable que las de otros países y estaba libre de las tensiones sociales y eventuales desintegraciones que caracterizaron la Revolución francesa. Cada szlachcic tenía enorme influencia sobre la política del país, de alguna forma hasta mayor do que la tenida actualmente por los ciudadanos de modernos países democráticos.


Todos los hijos de la nobleza polaca heredaban el status de sus nobles padres. Cualquier individuo podría recibir el “status” nobiliario (nobilitacja) por especiales servicios prestados al país. Un noble extranjero podía ser naturalizado como noble polaco (indygenat) por el monarca (más tarde, a partir de 1641, solamente por el “Sejm”).


Bárbara Radziwill (1520-1551), Reina de Polonia y Gran Duquesa de Lituania como consorte de Segismundo Augusto II Jagellon

En teoría al menos, todos los nobles polacos eran iguales socialmente. Los más pobres gozaban de los mismos derechos de los más ricos magnates. Eran pocas las familias como los Radziwiłł, Potocki o Czartoryski, que ostentaban títulos aristocráticos recibidos de cortes extranjeras, tal como "Príncipe" o "Conde." Todos los otros szlachcic simplemente se trataban uno a otro como "Señor y Hermano" (Panie bracie) o el femenino equivalente.

De acuerdo con su posición financiera, la nobleza podía ser dividida en:

§ Magnateria (magnates o alta nobleza) – De 200 a 300 familias extremadamente ricas e influyentes (un 1% de toda la nobleza), de las que medio centenar acaparaba el poder político.

§ Szlachta zamozna (nobleza media) - familias con bienes de cierta importancia, propietarios tanto de tierras como de siervos (Un 40% de toda la nobleza).

§ Szlachta zasciankowa (pequeña nobleza) - familias de menos recursos, propietarios de tierras pero no de siervos - Su nombre proviene de los villorrios exclusivos para los nobles llamados zascianki (literalmente: amurallados), que eran protegidos por murallas del resto del mundo, sin olvidar la numerosa Szlachta golota (literalmente: chusma noble) – simplemente pobres – (En conjunto, el restante 59% de la nobleza). Es de destacar que hasta fines del siglo XVIII a la nobleza le estaba prohibido ejercer comercio o industria, so pena de perder su status noble, al igual que al antiguo Patriciado romano. De hecho no sería sólo ésta una de las enormes influencias del Renacimiento en Polonia.

La Condesa Katarzyna Branicka (1825–1907), esposa del conde Adam Józef Potocki


Los Escudos de armas eran muy importantes para la nobleza polaca. Es notable que el sistema heráldico polaco evolucionó separadamente de sus correspondientes occidentales y se diferenció en muchos aspectos de la heráldica de los otros países europeos.


La diferencia más notable es que, contrariamente a todos los otros si stemas heráldicos europeos, el escudo de armas no pertenecía a una familia, sino al contrario, la familia noble es la que pertenecía al blasón. Como consecuencia, era común que muchas familias distintas, sin conexión (algunas veces cerca de 600) compartían el mismo escudo de armas. Lógicamente, el número de blasones en este sistema era más bien bajo y no excedía a 200 a fines del medioevo (uno para cada Clan noble). Posteriormente, el sistema “explotó" en una cantidad de unos 40.000 blasones (incluidas sus variantes) compartidos por unas 70.000 familias nobles.


Para la heráldica polaca clásica, todas las familias de un mismo Clan compartían el mismo blasón. Tanto si eran descendientes de un rey, un magnate o un mero señor. Todos los varones y mujeres solteras de la misma familia estaban comprendidos dentro de ese derecho, ya que la institución de la Primogenitura nunca se generalizó en Polonia (sólo los magnates, en los siglos XVIII y XIX, utilizaron un sistema parecido para proteger el patrimonio de su linaje).


Herb szlachecki Andrychewicz (escudo de armas de los szlachta Andrychewicz)


A diferencia del nombre del Clan, que suele originarse en “el Grito de Guerra” y cuyo origen se pierde en la Edad Media, los apellidos (o sea, el nombre de la familia) se formaron recién durante los siglos XIV y XV agregando al nombre de la heredad familiar los sufijos “ski” o “cki”, (que se pronuncia “tski”), como Sobieski o Potocki. Este sufijo equivale a decir: “Señor de…” Otros tomaron como nombre de familia el nombre propio del antepasado que se considera fundador de la misma. Un noble tiene, por tanto, Nombre Propio, Nombre de Familia y un Nombre de Clan (o Escudo de armas). Por ejemplo: “Estanislao Leszczynski, clan Wieniawa” o “blasón Wieniawa” o simplemente: “de Wieniawa”. Costumbre afianzada en el Renacimiento y aparentemente originada en la clásica tria nomina del Patriciado romano.

2 comentarios:

  1. Esto es un buen trabajo, Senor. ;-) Le felicito. Un blog maravilloso cómo éste debe ser el trabajo de un caballero muy educado. Saludos cordiales desde Inglaterra! ;-)

    Aisha Baranowska de Ostoja;-)

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  2. Mi estimada lectora de Inglaterra, agradezco sus gentiles palabras y retribuyo su cordialidad.

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